En el imaginario colectivo, la soledad es cosa de mayores, pero la pandemia ha revelado algo que los expertos ya venían observando: nuestros jóvenes cada vez se sienten más solos. El análisis es complejo porque los factores y las causas son múltiples y variadas

La soledad de nuestros jóvenes
EFE/Javier Etxezarreta

En España no existen estudios globales centrados en este tema y sector de la población de forma concreta, pero los informes generales publicados revelan la existencia de un problema que demanda su inclusión en la agenda social.

Durante la pandemia y en la Comunidad de Madrid, un 31 % de menores de treinta años declararon sentirse solos, frente al 14,7 % de mayores de sesenta y el 18% de entre 30 y 60 años.

Los datos forman parte del Informe España 2020, elaborado por la Cátedra José María Martín Patino de la Cultura del Encuentro de la Universidad Pontificia Comillas.

En la presentación del mismo, Agustín Blanco, director de la cátedra y coordinador del informe,  afirmó que la pandemia "ha puesto imagen y voz a otra enfermedad más silenciosa que nos acompaña desde hace años y que no deja de crecer: la soledad".

El sociólogo Guillermo Fernández Maíllo, investigador social en la Fundación FOESSA, y actual director general de la Fundación Social Hijas de la Caridad,  explica a EFEsalud que la cara más visible de la soledad es sentir que no se cuenta con personas a las que poder recurrir o confiar en caso de necesidad.

Y cuando se habla de soledad y jóvenes, enseguida la población adulta piensa en las  redes sociales, pero "realmente solo se produce en porcentajes pequeños,  y suelen estar relacionado con otros problemas o dificultades de base asociadas a la persona".

Para este sociólogo hay elementos interesantes que aparecen en el análisis.

"Desde el punto de vista poblacional, los jóvenes se sienten más solos porque no se sienten comprendidos o no sienten que sus demandas y expectativas se vean atendidas por parte de las generaciones de mayor edad".

También considera que en la juventud española se dan evoluciones "sorprendentes y contradictorias".

Así cita estudios que indican que más de la mitad  de los jóvenes creen que su vida futura va a ser mejor, "cuando a priori podríamos suponer que casi todos ven un futuro muy negro".

También, señala, han crecido mucho sus demandas con elementos de carácter espiritual, entendido en sentido amplio.

Se trata de una característica que no se daba hace 25 años en las que las generaciones jóvenes estaban más alejadas de ese ámbito.

"Y es verdad que los jóvenes no conciben vivir sin la tecnología pero se han incrementado los índices de lectura en papel, cosa que hace 20 años tampoco se daba".

Pero a este experto le preocupa especialmente el aislamiento social que puedan estar viviendo muchos de ellos porque de momento no se han implementado herramientas centinelas para detectarlo y por lo tanto carecen de diagnóstico.

Hay una encuesta realizada en 2019 por DYM Market Research en la que se habla de que la percepción de soledad por parte de los jóvenes crece entre aquellos que cursaron estudios universitarios (67,1 %).

Este dato puede estar relacionado con el hecho de tener que emigrar de su ciudad o país de origen a otros lugares con más promesas de empleo.

En este último estudio sí se alude a las redes sociales como causa de esta soledad y se afirma que quienes más la experimentan son quienes las utilizan más.

soledad jovenes
FOTO EFE/Farooq Khan

La soledad de nuestros jóvenes

En el Reino Unido, donde el tema de la soledad en todas las franjas de edad está más estudiado - existe un Ministerio de la Soledad-  algunos sondeos (VICELAND UK) muestran que la soledad es la preocupación mayor en este sector de la población: un 42 por ciento tiene miedo a estar solo.

Algunos informes de aquel país también coinciden con la opinión expuesta por el sociólogo español de que este sentimiento no se encuentran en el uso excesivo de las redes sociales o las nuevas tecnologías.

Médicos del Mundo y la Fundación "la Caixa" han abierto este año un ciclo de conferencias centrado en la soledad, el aislamiento social y la salud.

Los organizadores parten de la base de que la evidencia científica muestra que el aislamiento social y la soledad tienen importantes repercusiones en la salud y en la calidad de vida de la población española.

Y señalan que habitualmente lo identificamos sobre todo con las personas mayores, pero el impacto puede afectar a muchas otras edades y ámbitos sociales.

Un fenómeno complejo

Según las citadas entidades, el análisis de la soledad no es fácil porque se trata de un fenómeno complejo.

En primer lugar, se ha de diferenciar la percepción de soledad (sentirse solo) de la falta objetiva de contactos sociales (aislamiento social).

La percepción de soledad puede referirse también a echar de menos la compañía de otros (soledad social) o a no contar con personas en las que confiar y acudir en caso de necesidad (soledad emocional).

Y el aislamiento social puede referirse a la red de amigos o a la red familiar.

Teniendo en cuenta estas diferencias, un estudio de ‘La Caixa’ muestra que tanto la percepción de soledad (en su dimensión emocional) como el riesgo de aislamiento social (la falta de amigos) afectan a una de cuatro personas adultas en España.

Si se combinan ambos aspectos, vemos que un 43,6 % de los participantes en el estudio se encontraban en riesgo de aislamiento social o bien se sentían solos.

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