
La quinta edición del Reto Pelayo Vida ha llevado este año a seis mujeres que han sufrido y superado un cáncer de mama a Los Andes bolivianos.
En esta aventura, cinco españolas y una mexicana han recorrido 147 km en bicicleta de montaña sobre el desierto de sal más grande del mundo, el Salar de Uyuni, y han realizado un ascenso al Nevado Sajama, el pico más alto de Bolivia y el décimo volcán más alto del mundo.
Después de haberse enfrentado a una dura enfermedad como es el cáncer, Estrella, Felisa, Rina, Begoña, Vicky y Raquel, las seis protagonistas de esta edición, han querido demostrar que es posible superarlo y transmitir un mensaje de esperanza a las mujeres que lo sufren.

La expedición
El primer hito logrado por las expedicionarias en Bolivia fue la conquista de la cima del volcán Acotango, a 6.052 metros de altitud. Un ejercicio de adaptación a la altura que formaba parte de la fase de entrenamiento antes de enfrentarse al gigante Sajama.
Cruzar los 147 km del Salar de Uyuni en bicicleta tampoco fue fácil. Estrella, una de las participantes del reto, sufrió un mal de altura considerable al que tuvo que hacer frente para lograr atravesar el enorme desierto de sal.

Las expedicionarias tuvieron que lidiar además, al terminar la segunda etapa en bicicleta, con 36 grados de temperatura, el reflejo del sol en la sal y un mal de altura que estuvo a punto de cobrarse un abandono.
El equipo ya contaba con una una baja -la de la cirujana mexicana Rina Gitler, víctima del agotamiento- cuando se dispuso a llegar a la cima del pico más alto de Bolivia: el Nevado Sajama.
Un ascenso a 30 grados bajo cero con un desnivel de más de 1.000 metros y un viento que amenazaba con expulsarlas de la ladera.
Tras haber alcanzado los 6.250 metros de altitud, a tan solo 292 metros de la cumbre y con un principio de congelación en el equipo, las expedicionarias decidieron iniciar el descenso entendiendo que ya se había alcanzado una cima y que el camino había sido la meta.
Unas durísimas condiciones que, según los organizadores, han convertido este Reto en la aventura más complicada de las cinco ediciones, que han tenido lugar anteriormente en el Kilimanjaro, Isla Martinica, Groenlandia o el Annapurna.
Los testimonios de las seis protagonistas

Estrella Paulete (Extremadura, 38 años): “Cada paso cuesta, pero cada paso es una victoria y cuando das el último te sientes viva. Después de haberlo logrado vuelves como una mujer valiente, sin miedos y poderosa. Hay que soñar como si fueras eterna y vivir como si fuera el último día”.
Felisa Requena (Almería, 46 años): “El Reto me ha permitido hablar de cáncer con mi hijo, y me hace muy feliz que él esté orgulloso de mi. Esta experiencia con otras mujeres supervivientes siempre la llevaré en mi corazón”.
Rina Gitler (México, 45 años): “Ha sido un honor ser la primera extranjera en participar. Convivir con cinco españolas supervivientes del cáncer me ha hecho darme cuenta de que, tanto en España como en Bolivia y México, vivimos historias similares; por eso regresaré a mi país con más ganas de seguir luchando, trabajando por todas las mujeres mexicanas que necesitan un tratamiento digno e íntegro”.
Raquel Millán (Madrid, 38 años): “He pensado en los míos y los he echado de menos, y todo lo vivido me refuerza en la forma de ver la vida desde que tuve cáncer. He tratado de disfrutar de cada instante y ser feliz”.
Victoria Martínez (Madrid, 48 años): “El Reto Pelayo Vida me ha dado la oportunidad de encontrarme conmigo misma y demostrarme que puedo con todo lo que me proponga. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida”.
Begoña Conde (Madrid, 58 años): “Esta aventura nos ha enseñado que lo más importante es disfrutar del camino aunque a veces no se alcance la cumbre. Me he sentido parte de una gran historia, de esas que llegan al corazón y de la que partes con un mensaje de esperanza y fuerza”.
