Un legado que aúna las claves de esta, tan interesante como a veces desconocida, rama de la Psiquiatría gracias a la labor de la reconocida experta María Jesús Mardomingo. Una carrera repleta de conocimiento, experiencia y sensaciones. Nos lo cuenta en su libro mirando a la psiquiatría infantil y juvenil directamente a los ojos

Psiquiatría del niño y el adolescente, todo en un tratado
  • 7 de agosto, 2014
  • MADRID/EFE/MARIOLA AGUJETAS

La Medicina es una profesión vocacional, no es la única; una profesión donde la experiencia es un grado. María Jesús Mardomingo es presidenta de honor de la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente y pionera en crear una Unidad de Psiquiatría infantil en España.

Nuestra entrevistada aúna vocación, experiencia, conocimiento y algo más que no se aprende en la universidad ni tampoco en la consulta: pasión en mayúsculas por su profesión.

Todo ese cóctel está exprimido en su “Tratado de Psiquiatría del niño y el adolescente”, editado por Díaz de Santos; un libro de autor que encierra una gran coherencia. Un tratado dirigido a los médicos, psiquiatras infantiles, neuropediatras, pediatras, psiquiatras generales y que también puede ser leído, al menos en algunas de sus partes, por cualquier persona interesada por el tema.

En la primera parte de este tratado, consta de cinco, explica usted qué es la psiquiatría infantil.

Analizo la singularidad de esta disciplina; los problemas que plantea la investigación, la docencia y la capacidad para transmitir estos conocimientos y este arte también a los futuros psiquiatras infantiles. Abordo la actual crisis de la universidad y de la educación en nuestro país.

La parte científica también es fundamental en su tratado. 

La segunda parte la dedico a los fundamentos neurobiológicos de las enfermedades psiquiátricas, las ultimas investigaciones y sobre todo de los grandes avances que ha habido en la genética y la epigenética.

Ya conocemos el genoma, conocemos también mucho del epigenoma y otros grandes proyectos de la genética de nuestros días pero también de cómo se desarrolla el cerebro de lo importante que son los primeros años de vida, de las experiencias tempranas, de la importancia del estrés y de cómo el estrés puede ser fuente de enfermedades de todo tipo pero también psiquiátricas.

Conocer los distintos problemas para detectar cada caso y acertar con el diagnóstico son pasos clave.

Conocer bien los trastornos psiquiátricos infantiles como tal. A ello dedico la tercera parte del tratado. Comienzo con la depresión, los trastornos de ansiedad, de conducta, la esquizofrenia, de alimentación, el autismo, el divorcio y separación de los padres, los problemas de identidad sexual, un recorrido por toda la psiquiatría infantil.

La evaluación y el diagnóstico son los siguientes pasos. Si no hay una buena evaluación no se le va a diagnosticar bien, y si no se hace, el tratamiento va mal. La evaluación psiquiátrica, psicológica, y también trato, en esta cuarta parte, las técnicas de imagen que tanto nos están enseñando acerca del funcionamiento del cerebro y de la estructura del cerebro.

Para terminar el tratado abordo el tratamiento farmacológico, la psicoterapia, lo que sucede en los momentos de urgencia y termino con el último capítulo que lo dedico a la ética; los principios éticos que deben regir la práctica médica en general y la práctica psiquiátrica en particular. Me permito poner un decálogo de principios éticos y se lo dedico a mis alumnos para que lo consideren si quieren.

Observamos la paradoja de vivir en la sociedad más “comunicada” de la Historia que convive a la vez con una gran falta de comunicación personal y de lazos afectivos. ¿Pueden ser ambas causa de enfermedades?

Creemos que sí. Es muy importante. Hay muchos estudios que tienen como objetivo ver en qué medida las trasformaciones sociales, a lo largo del siglo XX, se han producido de manera muy acelerada y sus consecuencias. Ver, a partir de mediados del siglo XX, cómo estas grandes transformaciones sociales, si influyen y en qué medida en la prevalencia de las enfermedades psiquiátricas, es decir, con qué frecuencia afectan a la población.

¿La depresión es la plaga actual?

Hay muchos estudios que se centran en la depresión en concreto. Influyen los nuevos modos de vida desde que comienza la vida moderna, hace 10.000 años cuando comienza la agricultura pero luego existen periodos de aceleración.

La vida ha cambiado mucho, mucha gente cuyos abuelos han sido agricultores, vivían en medios rurales pequeños, después ha venido la industrialización, los servicios, la información, la informática y se ha visto que la depresión ha aumentado mucho desde la Primera Guerra Mundial hasta nuestros días. Hay una correlación entre tasas de depresión y producto interior bruto. Entre desarrollo humano y depresión y que sobre todo una de las claves es la desigualdad.

Primer plano de la autora sobre un fondo de arbustos.
Imagen de la autora cedida por M.J.M

A medida que un país se desarrolla las tasa de depresión aumenta; las causas son las siguientes: la vida sedentaria, la falta de actividad física; otra son los cambios en la alimentación, se come de modo distinto y alimentos distintos; una tercera se centra en los cambios en el sueño, se duerme mucho menos, y otra es la menor exposición al sol. Cada vez se trabaja más en ambientes cerrados y eso se ve con mayor intensidad en los países nórdicos que no tienen sol. Una quinta causa es el cambio en los valores. Se ha pasado de un mundo en que parece que predominaban valores intrínsecos a valores extrínsecos. Los intrínsecos son tener un proyecto personal, las relaciones de afecto y apoyo mutuos, el contacto social y dentro de ese proyecto personal la dimensión altruista de querer prestar también un servicio a la sociedad.

Los extrínsecos son el dinero, el éxito y la apariencia. Hay un estudio que aborda concretamente la soledad. Un estudio sociológico expone, desde los años 80 hasta ahora, cuántos amigos íntimos tenemos con los que poder compartir algo muy personal que nos afecta.

En 1982, la media decía tres amigos; la moda, el dato que más se repite en una distribución, el número mayor de sujetos decían que tenían 2; hace cuatro o cinco años, la media había bajado a dos y la moda a cero.

Por tanto, la mayoría de personas a quienes habían preguntado decían que no tenían a nadie; ni un amigo íntimo con el que compartirlo.

El uso de internet, que también tiene grandísimas ventajas, se correlacionan con el sentimiento de soledad y con el sentimiento de desánimo. Es decir, hay una sustitución ingenua de la comunicación personal a través de los aparatos.

¿Hemos ido tan atrás como para ir ya hacia delante?

Creo que sí, y además el problema es que hemos interiorizado que lo que cuenta en la vida es el dinero, el éxito y la apariencia y nos hemos convertido en esclavos de nosotros mismos. No necesitamos un tirano que nos hace trabajar como esclavos sino que nosotros mismos somos ese mismo tirano porque nos lo hemos creído.

¿En qué hemos avanzado para poder detectar y tratar los problemas mentales?

Cada vez tenemos más instrumentos de evaluación apropiados. Es decir, tenemos instrumentos que nos permiten diagnosticar una depresión, ansiedad, esquizofrenia, TDAH; son escalas que han sido muy bien estudiadas y que sabemos que detectan esos problemas.

Pero junto a eso, se ha avanzando mucho el juicio clínico del médico; sigue siendo la referencia final, eso no se sustituye por nada. Avanzar también en la docencia para saber transmitir a los alumnos y a los médicos jóvenes y no tan jóvenes es fundamental. En la evaluación hemos avanzado mucho. Sabemos que para que a un niño se le diagnostique de un TDAH tiene que cumplir unos criterios, el médico debe conocerlos, aplicarlos correctamente y aplicar su experiencia en el contacto personal con los pacientes.

Disponemos de tratamientos farmacológicos que son altamente eficaces, el tratamiento mediante la psicoterapia es tan importante como el farmacológico que además se complementan.

Ante había un tremendo error: o uno u otro; además la psicoterapia actúa por los mismos mecanismos cerebrales por los que actúa el tratamiento farmacológico. Es química también. Produce efectos químicos. Se ha avanzado mucho también en el tratamiento de los niños a través de la educación y la formación de los padres.

En cuanto a la ética, yo creo que es la base de la medicina. Tenemos los principios hipocráticos que rigen una máxima fundamental. El primero, el bien del paciente y todo lo demás se supedita a eso. Esa clave cómo se aplica un tratamiento: aquél que al paciente le beneficia más. No solo por su enfermedad sino también para sus circunstancias personales y familiares. Lo menos gravoso y que le produzca menos estrés y que todo ello se integre en ese bien supremo que es el para el que nos hacemos médicos.

Descubre más desde EFE Salud

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo