Existe un subtipo de cáncer de pulmón originado por la mutación genética ALK que aparece con más frecuencia en mujeres, muchas de ellas jóvenes y no fumadoras o poco fumadoras. Este es el caso de Blanca Romero, una médico de 34 años, que lleva veinte meses combatiendo una enfermedad que solo representa entre el 2 y el 3% de los tumores de pulmón.

Mujer, joven y poco o nada fumadora, diana del cáncer de pulmón ALK
Biomarcadores en cáncer de pulmón contra los que dirigir los tratamientos. Infografía MSD
  • 17 de noviembre, 2017
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

El 17 de noviembre es el Día Mundial contra el Cáncer de Pulmón y muchas son las voces que se alzan para concienciar contra un tumor de alta incidencia (28.347 casos en 2015 en España) y el que provoca más muertes en el mundo, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Dedicar más recursos a la investigación, acabar con la falta de equidad en los accesos a los tratamientos entre las comunidades autónomas, derribar los estigmas que rodean al paciente fumador o incrementar las campañas contra el tabaco, son algunas de las reivindicaciones de oncólogos y pacientes.

Y también la voz de alarma se ha alzado ante la incidencia de este tumor en mujeres que aumenta a ritmos epidemiológicos, entre un 4 y un 5% anual, con unos 6.000 casos al año, lo que supone un 20% del total de los casos de cáncer de pulmón. Uno de cada cuatro casos, según el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP).

“Este aumento se produce sobre todo por el impacto que supone la incorporación de la mujer al hábito tabáquico, algo que en el hombre se dio en los años 80 y 90”, explica Javier de Castro, presidente de ICAPEM, asociación para la investigación del cáncer de pulmón en mujeres.

El 85% de los cánceres de pulmón se relacionan con el tabaco, pero en el caso de la mujer esta asociación se sitúa en torno al 60-70%. “Es debido -apunta el oncólogo- a que hay grupos de cáncer de pulmón en mujeres donde la asociación con el tabaco no es tan evidente y no sabemos aún cuáles son las causas”.

cáncer de pulmón
Infografia: GECP

“En general, los casos mutados de cáncer de pulmón, como ocurre tanto con las mutaciones del receptor del factor de crecimiento epidérmico, las denominadas EGFR, como con las ALK, son sensiblemente más frecuentes en mujeres y en no fumadores, que en hombres y fumadores”, explica el también jefe de sección en el  Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz de Madrid.

“No sabemos -añade- si pueden influir algunos aspectos del tabaquismo que se nos escapan o factores ambientales, como la exposición al tabaco o, cuando se habla de mujeres, sus propios factores hormonales, pero esto último tampoco está demostrado”.

Posiblemente el impacto nocivo del tabaco en la mujer pueda ser mayor que en el hombre debido a que ellas dispongan de unos mecanismos de eliminación de los tóxicos del tabaco que sean menos eficientes que los que del varón.

“Y esto puede llevar a que menos años de consumo o un menor consumo puede ser más perjudicial para la mujer que para el hombre. Está relacionado con el metabolismo, aunque todavía que no se conoce bien. Podría ser otra de las claves para ese mayor impacto del tabaquismo”, indica el oncólogo.

El cáncer de pulmón de Blanca

Blanca Romero fue fumadora pero esa no parece ser la causa de su tumor de pulmón no microcítico con mutación ALK y que, además, no se relaciona con una predisposición genética familiar. “Es una mutación espontánea, mala suerte, te ha tocado y ya está”, comenta a EFEsalud en su casa familiar de Madrid en pleno proceso de recuperación.

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Blanca Romero, de 34 años, paciente de cáncer de pulmón en su casa de Madrid. EFE/Ana Soteras

Con 33 años recién cumplidos y todo un futuro por delante como médico internista, Blanca se hizo una placa de tórax en el Hospital Universitario de Fuenlabrada, donde trabajaba, porque sentía pitos en el pulmón, tos recurrente y falta de aire. Además, se palpó un ganglio inflamado en el cuello.

“Ni siquiera los radiólogos sabían exactamente lo que tenía porque era complicado”, comenta. Se trasladó al Hospital Clínico San Carlos de Madrid donde el análisis de anatomía patológica determinó que se trataba de un adenocarcinoma de pulmón, pero todavía no se podía conocer si respondía a una mutación genética.

“Recuerdo que el oncólogo dibujó un círculo grande y dijo: Aquí están la mayoría de los adenocarcinomas y en este círculo pequeño, que representaba un porcentaje del 0.3% de los adenocarcinomas, están los que tienen la mutación y encaja contigo porque eres mujer y eres joven. Si estás en el círculo de los adenocarcinomas, con tu estadio 4-5, te quedan unos tres meses de vida, y si estás en el círculo pequeño el panorama cambia sustancialmente”, relata.

Y ese panorama cambiaba porque, a pesar de ser tumores muy agresivos, también responden mejor que otros a los tratamientos y retroceden en su avance. “Días después el doctor me dio la enhorabuena por tener la mutación ALK”, recuerda Blanca con una sonrisa.

Los inhibidores del ALK

La paciente comenzó el tratamiento. La quimioterapia y radioterapia quedaron descartadas porque este tipo de tumor no responde a esta estrategia estándar y se optó por la terapia dirigida a esa diana o biomarcador ALK, con inhibidores específicos.

Con el fármaco de principio activo crizotinib (de Pfizer) el tumor localizado en el pulmón respondió. “Tuve una época de estabilidad muy buena, con remisión casi completa. Pero meses después, ahora hace un año, comencé a tener mareos, falta de equilibrio. Resultó que tenía metástasis en el cerebro porque la capacidad de acción del fármaco no llegó hasta ahí”.

Se trasladó al Hospital de La Paz y vivió una época dura al mostrarse intolerante a otros fármacos y sufrir dolores de cabeza, vómitos, deterioro cognitivo y una fuerte neumonía. “Era como si viviera en una nube, tuve que ingresar varias veces”, lamenta Blanca.

Hasta que el pasado mes de mayo comenzó con un nuevo fármaco, alectinib (de Roche), todavía en fase de ensayos clínicos y que la paciente pudo utilizar en uso compasivo.

“En la última resonancia que me han hecho se ve cierto grado de remisión del tumor en el cerebro. Y yo me encuentro mucho mejor, vuelvo a ser la Blanca que era, porque dejé de serlo, me convertí en un zombi. Y ese es el mejor termómetro”, nos cuenta la joven que cada día toma ocho pastillas de este nuevo fármaco, la dosis plena.

El oncólogo Javier de Castro es su médico en La Paz, el que ha observado en primera línea cómo ha evolucionado esta paciente haciendo frente al cáncer.

“La respuesta de estos fármacos inhibidores a la enfermedad cerebral también es muy alta”, explica el especialista quien detalla que ALK es una proteína “que en el adulto tiene poca función, pero en el desarrollo embrionario puede tener una función en el sistema nervioso por lo que se especula con que esa pueda ser una de las razones por las que este tumor tenga mayor propensión a la metástasis cerebral”.

Un cáncer que necesita más investigación

El doctor Castro subraya la necesidad de investigar más profundamente las peculiaridades biológicas de las mujeres con cáncer de pulmón, tanto porque el impacto del tabaco puede ser diferente al del varón, como por otros factores “que no conocemos bien porque no han sido estudiados, porque el número de afectadas era pequeño y porque no había percepción de que el cáncer de pulmón fuera tan importante en ellas”.

El abordaje del cáncer de pulmón, en general, ha experimentado avances en la última década, sobre todo en los dos últimos años, precisamente por el conocimiento de sus bases moleculares y por las innovaciones terapéuticas (como las terapias dirigidas y la inmunoterapia) y tecnológicas en diagnóstico, como el análisis de biomarcadores, que lo convierten en un ejemplo de medicina de precisión, según SEOM.

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Infografía: MSD

Pero los especialistas en este cáncer consideran que se deben aumentar los recursos destinados a la investigación ya que “queda muy atrás respecto a otros como el de mama o los cánceres infantiles” en parte porque la baja supervivencia jugaba en contra ante otros tumores más frecuentes, según Javier de Castro, también director del programa de oncología torácica del Centro Integral Oncológico Clara Campal.

Pero también ha influido, en opinión del doctor, el estigma por haber fumado. “Es la sensación de estar ante una enfermedad autoinflingida, hay sentimiento de culpabilidad que lleva, en ocasiones, a esconderse después de una historia tabáquica de muchos años”.

“Eso no pasa con otros enfermos de cáncer”, comenta Blanca Romero quien insiste en romper con ese estigma que rodea a la enfermedad y que considera que tiene también que ver con asociarla siempre con la muerte en una sociedad tan poco concienciada ante la posible llegada de ese final.

A Blanca el cáncer le ha cambiado la vida y, entre otras cosas, ha tenido que dejar de trabajar cuando estaba en el inicio de su carrera como médico: “Me siento como un árbol al que han cortado las raíces, pero ahora mi filosofía es disfrutar de la vida y no la voy a desperdiciar”.

Para evitar situaciones como la de Blanca, pacientes, sociedades médicas, grupos de investigación y compañías farmacéuticas se unen para lanzar mensajes sobre el cáncer de pulmón que capten la atención de la sociedad, sobre todo en redes sociales.

“Gritos a pleno pulmón”, “Da tu do contra el cáncer de pulmón” o “Conoce, habla, actúa” son las principales campañas que hoy, Día Mundial del Cáncer de Pulmón, están en plena actividad.

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