Un año de pandemia. ¿Cómo ha afectado a la ciencia? El director de la Fundación Lilly, José Antonio Sacristán, lo analiza en un artículo para EFEsalud que titula "Una oportunidad para la ciencia. Cuando la ciencia se acerca a los ciudadanos, los políticos se acercan a la ciencia"

José Antonio Sacristán: Una oportunidad para la ciencia
Universidad Complutense de Madrid/Fundación Lilly

Una oportunidad para la ciencia

José Antonio Sacristán

Las épocas de crisis son excelentes caldos de cultivo para el cambio, especialmente en culturas proclives a la inercia, como la nuestra.

La actual crisis supone una oportunidad única para empezar a salir del endémico subdesarrollo científico que históricamente nos ha caracterizado.

Nunca se habían dado unas circunstancias tan propicias. Uno de los cambios más destacables ocurridos en España a lo largo de estos doce meses es que, de repente, la ciencia importa.

Este hecho tiene una trascendencia capital, pues lo primero que se requiere para emprender un cambio profundo es la voluntad de llevarlo a cabo.

José Antonio Sacristán, director de la Fundación Lilly
El director de la Fundación Lilly, José Antonio Sacristán/Foto facilitada por la Fundación

En España, históricamente, la ciencia ha importado poco. Es de sobra conocida nuestra falta de cultura científica; nuestro escaso interés por la ciencia (como demuestra repetidamente la Encuesta de Percepción Social de la Ciencia y la Tecnología en España realizada periódicamente por FECYT); la escasa relevancia, salvo honrosas excepciones, de nuestras aportaciones científicas y tecnológicas; las deficiencias de la enseñanza de la ciencia en la educación primaria y secundaria; las carencias investigadoras de nuestra universidad; la falta de inversión pública y privada; o la pérdida continuada de una gran parte de nuestros mejores científicos jóvenes -ya más de veinte mil- por falta de oportunidades dentro de nuestras fronteras.

Pero a pesar de todo lo anterior, hay razones para el optimismo: se dan las circunstancias propicias para que empecemos a recuperar el terreno perdido frente a los países de nuestro entorno, para que reconozcamos que no tenemos ninguna desventaja genética que haga de nosotros un país incapacitado para la actividad científica.

La pandemia ha hecho que la sociedad española se haya percatado de que la ciencia no es un concepto abstracto, irrelevante para nuestras vidas.

Hoy somos conscientes de que la ciencia y la investigación son la única solución a muchos de los problemas que
nos importan, entre ellos, los problemas de salud como los que el mundo sufre en estos momentos.

Las noticias sobre ciencia e investigación han abierto los informativos durante todo el año, la ciencia se ha convertido en uno de los temas estrella en las redes sociales y empezamos a valorar la labor de los divulgadores y periodistas científicos que, desde hacía años, venían desarrollando una gran labor de “popularización” de la ciencia.

Todo lo anterior ha contribuido a acercar la ciencia a los ciudadanos. Y cuando la ciencia se acerca a
los ciudadanos, los políticos se acercan a la ciencia.

Ya se están dando los primeros pasos. Acaba de anunciarse la creación de una Oficina de Ciencia y Tecnología en el Parlamento, y el Ministerio de Ciencia e Innovación ha puesto en marcha el Pacto por la Ciencia e Innovación, que plantea la necesidad de incrementar la inversión sostenida en ciencia -para alcanzar ese ansiado 2 % del PIB en el 2024-, el impulso de la carrera investigadora, y la mejora de la gobernanza, fomentando la autonomía y la coordinación de los organismos que coordinan la ciencia en España.

ciencia
Universidad Complutense de Madrid/Fundación Lilly

En la Fundación Lilly llevamos 20 años intentando acercar la ciencia a los ciudadanos. No solo reconociendo la labor de nuestros mejores científicos, a través de los Premios Fundación Lilly de Investigación Biomédica; sino, sobre todo, promoviendo la cultura científica en la sociedad a través de nuestras Citas con la Ciencia (precisamente, el título de la última Cita fue “2020: una oportunidad para la ciencia”); de las iniciativas encaminadas a fomentar la reflexión sobre la ciencia en España, a promover la educación en ciencia basada en pruebas (el año pasado se publicó el libro Enseñando Ciencia con Ciencia), o fomentando la divulgación científica entre los investigadores.

Esta es nuestra gran oportunidad para salir de una vez por todas de la penuria científica que nos ha caracterizado a lo largo de la historia.

Es el momento de trabajar juntos para avanzar. Decía Cajal que “para la obra científica, los medios son casi nada y el hombre lo es casi todo”. Quizás exageraba.

En nuestra época es impensable hacer buena ciencia sin contar con unos recursos económicos sustanciales. Ojalá pronto los tengamos.

Pero, afortunadamente, de momento, contamos con el talento necesario, con una enorme cantidad de científicos de primer nivel, y parece que, por fin, también con voluntad política de cambiar la situación. Esa voluntad que, también según Cajal, es el secreto para alcanzar las metas que nos proponemos.

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