Largas listas de espera y tiempos de consulta escasos para los pacientes. La situación actual del sistema sanitario público y el fácil acceso a Internet han provocado que se opte por recurrir a un doctor que, sin cita previa, está disponible las 24 horas del día: el Doctor Google. Pero intentar convertir al motor de búsqueda en un médico de cabecera conlleva grandes peligros. Infoxicación, bulos, búsquedas insaciables...Conoce la obsesiva espiral de la cibercondría

Cibercondría, obsesión enfermiza por la salud en internet
EPA/FRANCK ROBICHON
  • 13 de marzo, 2019
  • MADRID/EFE/CLAUDIA BÖESSER

La inclusión de las nuevas tecnologías de información y comunicación (TIC) en el ámbito sanitario está suponiendo una auténtica revolución en Sanidad. Internet es una fuente de información de muy fácil acceso que con los años ha ido adquiriendo un mayor protagonismo en la difusión masiva de contenidos de salud. En este contexto, la cibercondría supone un riesgo para el bienestar.

Seis de cada 10 internautas utilizan Internet para informarse sobre salud y el 85% acude a esta red informática como primera y única opción.

Los buscadores web y las redes sociales se han convertido en una especie de consulta médica extraoficial. Según el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONSTSI) las mujeres son las que más recurren a Internet para documentarse sobre temas de salud buscando, generalmente, asesoramiento sobre nutrición, alimentación y estilos de vida saludables (54,2 %); enfermedades diagnosticadas (52,1 %); síntomas (50,09 %)

Hipocondría 2.0.

La hipocondría es una preocupación extrema por la salud, de carácter patológico. Su característica esencial es el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, autodiagnosticada a partir de la interpretación errónea de unos síntomas.

El cibercondriaco es, pues, un hipocondríaco adaptado al entorno digital.

Su obsesión por su estado de salud sigue siendo la misma, lo único que difiere es la forma en que la manifiesta.

“En lugar de usar visitas físicas, la persona que padece cibercondría hace un uso excesivo de consultas digitales. Canaliza su preocupación a través de consultar Internet continuamente y ese es el gran problema, por que es mucho más accesible”, explica Guillem Serra, médico y matemático, que conoce de primera mano el mercado de eHealth y las nuevas empresas en el campo de la medicina.

El peligro de recurrir a Internet para buscar respuestas rápidas

Es tal la cantidad de información que circula por la red, que la capacidad de gestionar y filtrar la ingente cantidad de datos requiere gran destreza.

“El problema de buscar en Google es que fácilmente se exagera la gravedad de un síntoma. Un simple resfriado puede acabar siendo una patología de un cáncer”, apunta Guillem Serra que, consciente del riesgo de infoxicación en salud, nos ofrece algunas pautas acerca de cómo buscar información sobre salud de forma segura y beneficiosa.

¿Cómo buscar y filtrar información sanitaria de calidad?

Para lograrlo, Guillem Serra insiste en la necesidad de tener “un ojo crítico que sepa discernir la información verídica.”

cibercondria
La búsqueda compulsiva y sin filtros de información sobre salud, principal síntoma de la cibercondría. EFE/Álex Cruz

Subraya estas dos cuestiones a tener en cuenta:

  1. Hay información falsa, que se ha comprobado que es falsa y que el ojo crítico del internauta debería saber detectar.
  2. Hay información verídica, que aunque sea verídica, no se corresponde necesariamente con la sintomatología del internauta. Esta distinción requiere un ojo crítico más sutil ya que, a pesar de la rigurosidad científica de la fuente consultada, la falta de espíritu crítico hace que el paciente rápidamente asuma una patología como propia si cree tener varios de los síntomas.

Además, recomienda informarse a través de canales oficiales y, ante todo, “a la mínima que veas que estás buscando demasiado, antes de seguir con esta conducta, acude al médico a buscar una segunda opinión.”

Importancia de la relación médico-paciente

Una buena relación entre el médico y sus pacientes es siempre importante. Sin embargo, tras pasar por consulta, algunos pacientes se marchan con la sensación de que el médico no ha sabido escuchar ni atender sus inquietudes.

“No es que los médicos nos hayamos vuelto peores personas o peores profesionales. Pero la exigencia del volumen de visitas y la cantidad de trabajo burocrático, significa que un médico tiene muy poca dedicación para ti. Estamos hablando de visitas médicas públicas de menos de cinco minutos”, apunta Guillem Serra que, además de ser médico, es el Fundador y CEO de MediQuo, una aplicación de consultas médicas que permite a sus usuarios chatear con profesionales de la salud las 24 horas del día, todos los días del año.

Cuando nos enfrentamos a casos de hipocondría, una buena relación entre médico y paciente se vuelve aún más crucial. El paciente hipocondríaco suele desconfiar de la valoración del médico si la respuesta no coincide con lo que ellos piensan. Por eso la peregrinación médica suele ser un parámetro frecuente en estos casos. Los pacientes, insatisfechos con la respuesta de sus doctores acuden a distintos médicos para consultar el mismo problema en busca de la respuesta que les gustaría oír.

En el caso de los cibercondríacos, sacian esta insatisfacción incrementando las búsquedas por Internet con el riesgo de caer en un círculo vicioso.

Ante esta situación, han surgido nuevas iniciativas que apuestan por aunar las nuevas tecnologías y la asistencia sanitaria. Aunque las consultas por Internet y el uso de nuevas aplicaciones no deberían sustituir, en ningún caso, la relación médico-paciente tradicional, pueden resultar beneficiosas como complemento, proporcionando al internauta asistencia inmediata e información de calidad.

Médico - paciente: una relación a distancia

cibercondría
Foto del informe de "The App Date"

Con la llegada de aplicaciones como MediQuo, que actualmente tiene 200 mil usuarios, 59 mil activos mensualmente, la relación entre el médico y su paciente ha pasado de ser distante a ser a distancia.

“Actualmente tenemos a 105 profesionales atendiendo a unas 60 mil consultas médicas al mes. Hay conversaciones que duran un día, semanas o meses. Además, el médico puede estar atendiendo a varios chats a la vez, con lo cual el paciente no se queda con la sensación de que le han cortado”, explica Guillem Serra.

En el caso de esta aplicación, el perfil del paciente se corresponde con los datos que vimos al principio: el 70% de las pacientes de MediQuo son mujeres de entre 25-40 años que, en su mayoría, buscan asistencia en temas de medicina general, ginecología, psicología y nutrición.

Hay un tema de intimidad muy curioso. La gente se abre más por chat porque sienten que no están tan expuestos y esto facilita una mejor relación entre el profesional y el paciente. El anonimato y la sensación de formar parte de mini-comunidades moderadas y gestionadas por profesionales han resultado ser la clave y ha sido una sorpresa muy agradable”, concluye Guillem Serra.

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