La insuficiencia cardíaca afecta a la calidad de vida de los pacientes, de tal forma que el 37 % de ellos precisan de ingreso hospitalario. Los expertos, que han observado como se ha convertido en una epidemia durante las últimas décadas, ven imprescindible aplicar nuevas y “buenas prácticas” sanitarias. Apuestan por crear círculos asistenciales específicos para estos pacientes, cada vez son de mayor edad y comorbilidad

Uno de cada dos pacientes con insuficiencia cardíaca fallece a los cinco años del diagnóstico
Investigadores confirman una mayor insuficiencia cardiaca entre pacientes COVID/EFE/EPA/Julien de Rosa

La insuficiencia cardíaca (IC) es una enfermedad en aumento que supone una elevada carga sanitaria.

Así lo aseguran estudios de la Fundación Española del Corazón y de la compañía farmacéutica Boehringer Ingelheim, que coinciden en que se trata de una epidemia que no ha dejado de aumentar en las últimas décadas, sin previsión de que frene.

De hecho, los expertos estiman que, en los próximos 25 años, se duplique el número de ingresos hospitalarios a causa de la insuficiencia cardíaca.

En la actualidad, según los datos proporcionados por la FEC, esta enfermedad afecta aproximadamente a un 15 % de la población española mayor de 75 años.

La insuficiencia cardíaca es una auténtica epidemia cardiovascular, ya que su incidencia y prevalencia no han dejado de aumentar en las últimas décadas. Se debe a numerosos factores, entre ellos el envejecimiento progresivo de la población y la mayor supervivencia de los pacientes con enfermedades cardiovasculares“, explica el doctor Bover Freire, cardiólogo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.

Tal y como señalan los expertos de la FEC, los factores relacionados con su aparición son múltiples, entre los que destaca patologías de riesgo cardiovascular tradicionales (hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, obesidad…) y de cardiovasculares previas (cardiopatía isquémica o valvulopatías).

A pesar de los datos, desde la FEC recuerdan que la aparición de esta enfermedad se puede prevenir.

Con el control de los factores de riesgo, la prevención de enfermedades cardiovasculares que la ocasionan y la promoción de estilos de vida saludable“, amplía el doctor Núñez Villota, cardiólogo del Hospital Clínico Universitario de Valencia.

Son medidas “imprescindibles”, pues, una vez establecida la enfermedad, su pronóstico es malo.

Peor que el de muchos de los cánceres más habituales. Uno de cada dos pacientes con insuficiencia cardíaca fallece a los cinco años del diagnóstico”, informa el doctor Bover Freire.

Necesidades y retos

A día de hoy, el 37 % de los pacientes con insuficiencia cardíaca precisan de algún reingreso hospitalario: el 30 %, tras el diagnóstico y el 50 % en la fase final de la enfermedad.

Por esta razón, muchos profesionales ven necesario avanzar en el diagnóstico para hacerlo más precoz y específico, y en el tratamiento.

Cerca del 50 % de nuestros pacientes no tienen una estrategia terapéuticas de eficacia contrastada“, lamenta el doctor Núñez Villota.

En las últimas décadas, se han desarrollado programas específicos en las distintas Comunidades Autónomas para atender a los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica.

“El seguimiento del paciente estable se realiza en Atención Primaria, mientras que los pacientes con necesidad de más cuidados, o más graves, se atienden en unidades de insuficiencia cardiaca en el entorno hospitalario”, explica el cardiólogo del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid.

Los profesionales que se dedican a la insuficiencia cardíaca aseguran que se enfrentan a numerosos retos que han de resolver con solvencia.

Por ejemplo, un número creciente de pacientes de perfil más desfavorable. Concretamente, cada día nos enfrentamos a una población de mayor edad y comobilidad“, detalla el doctor Villota.

Propuestas

Ante una enfermedad que repercute intensamente sobre la calidad de vida de los pacientes, Boehringer Ingelheim ha lanzado el programa MAIC, con el objetivo de fomentar modelos eficientes para el óptimo abordaje de la Insuficiencia Cardiaca.

Es necesario abordar la IC desde un enfoque 360º, que implique a los distintos niveles asistenciales y garantice un seguimiento de la patología en todo su recorrido“, determina Josep Comín, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Bellvitge y coordinador del informe MAIC.

Con el objetivo de de favorecer una mayor calidad de vida y, a su vez, promover modelos asistenciales y eficientes, propone un conjuntos de “buenas prácticas”.

  • Importancia de situar la atención de los pacientes de IC como una prioridad en los planes de salud pública.
  • Crear estructuras organizativas que tengan en cuenta los distintos niveles asistenciales.
  • Destinar los recursos suficientes para garantizar la formación continuada de los profesionales.
  • Ampliar la perspectiva desde la que se atiende al paciente.
cardiología
EFE/Ángel Medina G.

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