Tener cáncer y padecer la COVID-19, la enfermedad que origina el coronavirus SARS-COV-2, se asocia con un mayor riesgo de mortalidad, según un estudio con 928 pacientes presentado en la reunión anual y este año virtual de la Asociación Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés)

ASCO 2020: La COVID-19 supone mayor riesgo de mortalidad en pacientes con cáncer
Siglas de la Sociedad Americana de Oncología Clínica, ASCO, durante el Congreso de Chicago en 2019. EFE/Ana Soteras

El impacto de la COVID-19 en el cáncer ha sido uno de los asuntos más esperados de la primera jornada de ASCO que, por primera vez en sus 56 años de historia, se celebra de forma telemática y no en Chicago, como es habitual, debido a la pandemia.

Durante tres días, periodo que también se ha reducido, se presentarán 2.215 estudios para su exposición en el programa científico virtual y otros 3.400 resúmenes adicionales para su publicación.

El estudio sobre COVID-19 y cáncer presentado este viernes supone la mayor serie de datos publicados sobre el impacto del coronavirus en el cáncer, dado que se trata de un virus que se conoce hace apenas seis meses, cuando brotó en la ciudad china de Wuhan.

Se trata de una iniciativa del Cancer Consortium que aglutina los datos registrados durante este epidemia de pacientes de diferentes países del mundo como España, Estados Unidos o Canadá con una media de edad de 66 años y dividido al 50% entre hombres y mujeres.

Del total de pacientes,  422 (45%) pacientes estaban en remisión y 396 (43%) tenían cáncer activo. De los activos, el 74% tenía enfermedad estable o que respondía al tratamiento y el 26% tenía enfermedad progresiva en el momento del diagnóstico de COVID-19.

Según el estudio difundido por ASCO, el 13% de esos 928 pacientes estudiados fallecieron en los 30 días posteriores a ser diagnosticados de COVID-19, pero además, aquellos pacientes con cáncer en activo tenían 5,2 veces más probabilidades de morir en ese periodo de tiempo en comparación con los pacientes con el cáncer en remisión o sin evidencia de enfermedad.

Además, se comprobó que si a esos pacientes con cáncer y COVID-19 se les trataba de forma combinada con hidroxicloroquina (utilizado contra la malaria) y azitromicina (un antibiótico) había un riesgo 2.89 veces mayor de mortalidad a los 30 días que si no hubieran sido tratados con ninguno, mientras que "no hubo un aumento significativo del riesgo asociado" con el uso solo de uno u otro medicamento.

"Entre los pacientes con cáncer y COVID-19, la mortalidad por todas las causas a los 30 días fue alta y se asoció con factores de riesgo generales y factores de riesgo únicos para pacientes con cáncer. Se necesita un seguimiento más prolongado para comprender mejor el efecto de COVID-19 en los resultados en pacientes con cáncer, incluida la capacidad de continuar tratamientos específicos contra el cáncer", publica la revista científica The Lancet.

Sobre los resultados clínicos de los pacientes estudiados, la mitad de ellos fueron hospitalizados después del inicio de COVID-19, el 14% fue a la unidad de cuidados intensivos; el 12% requirió ventilación mecánica y oxígeno adicional para el 44% de los pacientes.

ASCO covid-19
RX de un pulmón con cáncer

El impacto del COVID-19 en los cánceres torácicos

Otro de los estudios presentados este viernes en ASCO analiza el impacto del coronavirus, un virus respiratorio, en los pacientes con cánceres torácicos, especialmente pulmón pero también mesotelioma, neoplasias tímicas y tumores carcinoides y responde a los registros del consorcio TERAVOL integrado por 160 instituciones de todo el mundo.

Estos pacientes se consideran de alto riesgo dada su edad avanzada, comorbilidades múltiples y daño pulmonar ya existente, entre otros factores.

Según la información facilitada por ASCO, los pacientes tratados con quimioterapia sola o en combinación con otras terapias durante los tres meses posteriores al diagnóstico de COVID-19 tuvieron un riesgo "significativamente mayor", un 64%, de morir por el virus en comparación con los pacientes que no recibieron quimioterapia.

Por otra parte, los tratamientos específicos para COVID-19 (anticoagulantes, antibióticos, antivirales etc) parece que no afectaron especialmente al riesgo de muerte de un paciente ya que fueron similares para los pacientes que se recuperaron y para los que murieron.

El estudio refleja la necesidad de recopilar más datos que proporcionen información sobre el manejo de pacientes con cáncer torácio y COVID-19.

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