El Abecedario de la Nutrición entra en su recta final. Aquí alcanza la letra “Y”, Yogures y lácteos. En "El Bisturí”, Anabel Aragón explica los beneficios que aportan, la cantidad recomendada y las alternativas que se nos ofrecen

Yogur y lácteos, esenciales para toda la vida
Yogures. Imagen facilitada por Paladar Comunicación
  • 27 de julio, 2016
  • MADRIS/EFE/H.FERNÁNDEZ/ROSA GALLARDO

Anabel Aragón, responsable de salud y nutrición de Nestlé, nos ayuda a indagar en los yogures y lácteos. Nos da las claves de los beneficios que tienen y nos explica las diferencias que posee con el resto de alimentos lácteos.

El yogur, cómo se consigue su sabor

El yogur es un producto lácteo de una consistencia cremosa. Se obtiene a partir de una fermentación de la leche. La leche puede ser de muchos tipos aunque normalmente se utiliza la de vaca.

La fermentación del azúcar de esta leche en ácido láctico es lo que atribuye al yogur ese sabor tan característico, fresco, ácido y su consistencia. En los últimos años se han puesto de moda los yogures de sabores de todo tipo.

Beneficios del yogur

Los yogures presentan bacterias activas, llamadas probióticos. Ayudan al buen funcionamiento de nuestro intestino, que algunas veces se puede ver afectado por una alimentación incorrecta, por infecciones, o por abuso de medicamentos.

Supermercado sección productos lácteos.. EFE/Horacio Villalobos
Supermercado sección productos lácteos.. EFE/Horacio Villalobos

El yogur hace la leche más digestiva, al ser su contenido en lactosa inferior que el de la leche; puede haber personas que no deban tomar leche pero sí yogures sin que les afecte.

Son una fuente de calcio, magnesio, fósforo, minerales, importantes para nuestros huesos. Además aportan proteínas, indispensables para el crecimiento y para el mantenimiento de la masa muscular.

Se pueden consumir yogur a diario, y hay muchas opciones de yogur en el mercado: entero, desnatado, semidesnatado, sin azúcares añadidos, bebibles, cremosos, de sabores...

Consumo de Lácteos al día

  • Niños y adolescentes: es de 3 raciones lácteas al día.
  • Adultos: 2 raciones al día.

Una ración puede ser:

  • Un vaso de leche
  • Un yogur
  • 30 gramos de queso

Su aporte en proteínas de alto labor biológico ayuda a la mineralización de los huesos en todas nuestras etapas de la vida.

¿Leche, yogur o queso?

No es lo mismo, el queso y el yogur proceden de la leche, y su aporte de nutriente es similar pero tienen diferencias.

Productos lácteos. EFE/Toni Albir
Productos lácteos. EFE/Toni Albir
  • El yogur: tiene un contenido de lactosa muy bajo en comparación a la leche. Algunos yogures frescos nos pueden aportar probióticos a diferencia de la leche que no los tiene.
  • El queso: su contenido en grasa y proteína es muy superior al de la leche y el yogur al estar mucho más concentrado. Tienen más grasas, proteínas y contenido en sal. Por ello, los quesos maduros se deben consumir con moderación.

Productos sin lactosa

La lactosa es un tipo de azúcar que está presente de forma natural en toda la leche de los mamíferos, también se encuentra en muchos alimentos preparados. Químicamente es un disacárido natural que tiene glucosa y galactosa.

Por otro lado, es la enzima que produce nuestro intestino, que es el encargado de digerirla. La falta de producción de esta enzima es lo que algunas personas sufren, la intolerancia a la lactosa.

Hay muchos productos en el mercado para facilitar a esas personas el consumo de lácteos sin problemas en su digestión.

Esto no quiere decir en absoluto que los productos sin lactosa engorden menos, no tiene ninguna evidencia científica. Lo que va a determinar que una leche o yogur tenga más calorías que otros es su contenido en grasas.

El colesterol y los lácteos

Los lácteos contienen grasas saturadas porque es una grasa de origen animal, por ello, las personas con colesterol alto deben restringir mucho su consumo.

No hay que generalizar porque siempre se tendrá la opción de tomar yogures y leche desnatada. Quesos bajo en grasas como el queso fresco, pero reducir el consumo de quesos maduros.

Lo ideal es siempre consultarlo con el médico o el nutricionista y seguir un régimen personalizado, sobre todo si sufrimos alguna patología.

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