Los largos supervivientes de cáncer hematológico, aquellos que están libres de enfermedad cuando han pasado cinco o más años desde el diagnóstico, necesitan un seguimiento continúo para abordar los efectos secundarios de los tratamientos, pero también para detectar recaídas y nuevos tumores. Una guía recoge los protocolos para garantizar la continuidad asistencial en Atención Primaria.
En España, el 82 % de los niños menores de 14 años con cáncer sobreviven a la enfermedad transcurridos cinco años del diagnóstico, un porcentaje alto pero que no debe llevar a “una actitud triunfalista” y conformista, advierte la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátrica (SEHOP) que propone ocho medidas para mejorar la supervivencia.
La hemoglobinuria paroxística nocturna (HPN) es una enfermedad ultrarrara de la sangre que destruye los glóbulos rojos. Este el caso de Adriana, quien convive desde hace años con esta especie de anemia de origen genético que afecta, sobre todo, a adultos jóvenes. La paciente lanza un mensaje de esperanza: “Con un buen seguimiento se puede hacer una vida normal”.
La anemia aplásica es un trastorno de la sangre, poco común pero grave. Sucede cuando la médula ósea no produce suficientes células sanguíneas (glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas), ni al ritmo adecuado.
Las plaquetas, también llamadas trombocitos, son elementos celulares de la sangre que se originan en la médula ósea y cuya función es producir coágulos que eviten hemorragias. Un nivel muy bajo de plaquetas, inferior a 100.000 por milímetro cúbico, puede ser causa de trombocitopenia inmune primaria, una enfermedad rara que afecta a niños y a adultos.