La detección precoz del cáncer de mama puede salvarte la vida y es la piedra angular de su control. Numerosos actos conmemoran el Día Nacional de esta enfermedad, el 19 de octubre. Es el tumor más frecuente en las mujeres, pero uno de cada cien casos afecta a un varón

Prevención del cáncer de mama: te va la vida en ello
La catedral de Brasilia iluminada en un acto contra el cáncer de mama/EFE/Fernando Bizerra Jr
  • 17 de octubre, 2012
  • MADRID/EFE/MARIOLA AGUJETAS

La mamografía es la principal prueba de diagnóstico precoz del cáncer de mama con un índice de detección del 90%. La exploración física es tan solo una medida complementaria y nunca puede suplir la información que arroja la mamografía que permite detectar el 50% de los casos de cáncer de mama.

La realización de campañas de diagnóstico precoz ha disminuido la mortalidad de manera significativa, especialmente cuando se realiza en la franja de edad de mayor incidencia, es decir, por encima de los cincuenta años.

En una primera fase, puede que no se dé síntoma físico alguno, de ahí la tremenda importancia del control periódico. Las mujeres suelen acudir al especialista por dolor en la mama al realizar una exploración, alguna irregularidad en el pezón, cambio de tamaño o la aparición de piel de naranja en la mama o de un nódulo en la axila.

22.000 casos anuales en España

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer la incidencia en nuestro país es menor que la de Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Alemania, Francia o Suiza y similar a la de los países mediterráneos, centroeuropeos, Portugal o Irlanda. A pesar de ello se estima que el riesgo de padecer cáncer de mama en España es de una 1 de cada 8 mujeres.

Que la mujer con cáncer de mama no se vea perdida desde el primer momento es fundamental”; este es uno de los objetivos que se marca Josep María Serra, médico, catedrático en cirugía plástica y experto en patologías mamarias como presidente del Congreso Nacional de Senología y Patología Mamaria que se celebra esta semana en Barcelona y que reúne a 400 profesionales del sector médico y colectivos sociales para debatir sobre esta temática.

La paciente no puede estar perdida en las salas de espera de los hospitales. Debe estar informada, tener un calendario de actuación, una hoja de ruta en la que se le explique todo o que va a pasar. Información clara para ella y su familia”, asegura Serra.

El segundo objetivo de este Congreso incide directamente sobre el protocolo a seguir por los especialistas: “Debemos dejar de tratar el cáncer de una manera aislada. Tener unidades de gran nivel y con un gran volumen de casos. El cirujano plástico debe estar implicado desde el principio”, afirma este experto.

Es la primera vez que un cirujano plástico preside este Congreso. El Dr. Serra pretende incidir en la solución global del problema con la creación de unidades de referencia y calidad, con protocolos actualizados y en contacto con las sociedades europea y americana de cáncer:

“En España nos falta mucho que hacer. Cuando una mujer tiene un bulto en la mama va a su ginecólogo, quien puede ser un gran experto en cáncer de mama o puede que no tenga ni idea y que esté o no en una unidad de patología mamaria y por su cuenta haga una intervención. Esto, que parece raro en el siglo XXI, es muy frecuente en nuestro país”.

EFE/Kai Fösterling

 El papel del cirujano plástico no es secundario

Salvar la vida de la mujer es lo primero, pero la solución también pasa por reconstruir la imagen corporal de la mujer, un elemento físico y psicológico fundamental para la recuperación. “En España sólo se realiza el 15% de reconstrucciones mamarias en el primer momento porque hay pocas unidades de patología mamaria”, comenta Serra quien trasladó esta preocupación a la ministra de Sanidad, Ana Mato.

Algunos ginecólogos y mastólogos lo entienden así pero es frecuente escuchar: yo le curo el cáncer y luego el cirujano estético le dejará muy bien”. Serra considera esta opción como un error pues en múltiples ocasiones no es posible “arreglar” a posteriori los tejidos quemados de una mujer radiada.

En muchas ocasiones, la mujer puede salir de una operación de extirpación de un tumor casi con la misma mama, con una cicatriz alrededor de la areola y ello “hace que se olvide en dos meses del cáncer”.

La mujer a la que no se le ha reconstruído el pecho, que ha sufrido una mastectomía, que es lo que se hacía hace diez años, tiene un linfedema en el brazo, el brazo se le hincha, tiene una mama en un lado y en el otro no. Hemos creado una enferma, con una enfermedad sicológica importante, con una enfermedad física con el linfedema. Es el 100% de diferencia”.

Autoprótesis de plaquetas

Las técnicas utilizadas para las prótesis han sufrido también importantes avances. Cuando se extirpa una porción importante de la mama a través de una incisión en la areola, se extrae sangre de la propia paciente.

Con un tratamiento especial sobre las plaquetas, se crea una gelatina que da lugar a una autoprótesis que se coloca en el mismo momento de la operación en la mama. De este modo, se evita que se retraiga y la paciente sale del quirófano sin el tumor y con la mama muy parecida a como la tenía antes de operarse.

Esta técnica no sirve para mamas muy grandes, cuando se quita entera, pero sí para tumores incluso del tamaño de una pelota de tenis”, asegura Serra.

No es una técnica exclusiva para este tipo de dolencias. “Es una gelatina que utilizan los dentistas para rellenar espacios, o los médicos deportivos para reconstruir tendones, por ejemplo, el doctor Cugat con los jugadores del Barça”.

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