¿Lo sabes todo sobre el linfoma? Es uno de los principales tipos de cáncer de sangre, aunque no el más frecuente. De prevención desconocida y difícil diagnóstico, muchas veces el tratamiento está orientado a mejorar la calidad de vida del paciente. Aprende más sobre esta enfermedad con motivo de su Día Mundial, el 15 de septiembre.

Linfoma: 8 cuestiones que tal vez no sabías
Imagen del desarrollo y evolución de un linfoma. Sistema de estadios de Ann-Arbor/ Imagen facilitada por Celgene
  • 14 de septiembre, 2015
  • MADRID/EFE/ROCÍO GALÁN

El linfoma es un tipo de cáncer que no se encuentra entre los más comunes en la población. La doctora Dolores Caballero, jefe de Sección de Clínica del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca, explicó en el Curso sobre Oncohematología celebrado recientemente por los laboratorios Celgene, que “en España se dan entre 7 u 8 casos por cada cien mil habitantes al año”, siendo “enfermedades raras”. ¿Quieres saber más sobre este tipo de cáncer en la sangre?

1. Definición

Se trata de un tipo de cáncer que se produce cuando se da un fallo en la forma de actuar de los linfocitos (células que forman parte del sistema inmunitario). Esto provoca la creación de una célula anormal que se convierte en cancerosa. Una de las características de este cáncer es que tiene origen en los ganglios linfáticos, y, al igual que el resto de linfocitos, los cancerígenos pueden crecer en muchas partes del cuerpo: nódulos linfáticos, médula ósea, sangre, distintos órganos, etc.

Por ello mismo, la doctora indica que la presencia de este tipo de cáncer en otras partes del cuerpo “no puede interpretarse como metástasis, pues el sistema linfoide está en todo el cuerpo y en cualquiera de los lugares donde esté puede producirse”.

2. Tipos de linfoma

Hay 30 tipos de linfoma. La clasificación más común es diferenciar entre linfoma de Hodgkin y el no-Hodgkin (que se divide a su vez en linfoma no-Hodgkin de células B o de células T). “Aproximadamente el 60% se curan, en el caso de los linfomas de Hodgkin se curan un 80%”, explica la facultativa.

3. Población de riesgo

Los linfomas son más frecuentes en la sexta década de la vida. Aún así, la doctora indica que depende del tipo de linfoma, pues hay algunos que afectan, sobre todo, a la población joven. Es el caso del “linfoma de Burkitt, que se da en gente joven”.

4. Causas y prevención del linfoma

linfoma sintomas
Acto de sensibilización contra el linfoma, el mieoloma y la leucemia/EFE/Morell

La doctora señala que en la mayoría de los casos "no se sabe la causa de los linfomas", excepto "bacterias como el Helicobacter pylori o algunos virus como el VIH, que juegan un papel relevante, aunque no único, en el desarrollo de algunos linfomas".

Añade además que "la prevención no existe" cuando hablamos de este tipo de cáncer, aunque recuerda "que la vida sana es buena para todo, pues el sujeto sano va a tolerar mejor cualquier tratamiento".

5. Síntomas

El síntoma más común que puede hacer sospechar sobre la aparición de un linfoma es la presencia de un bulto (una adenopatía). Los lugares más habituales donde se encuentran son cuello, axila e ingles, y casi nunca son dolorosos.

La fiebre (superior a 38º), fuertes sudoraciones nocturnas y la pérdida de peso pueden ser otros síntomas de esta enfermedad. También pueden aparecer otros síntomas más locales como adenopatías periféricas o agrandamiento del bazo (esplenomegalia).

6. Diagnóstico

Más allá de las exploraciones pertinentes, siempre es necesario realizar una biopsia ganglionar, que consiste en realizar una punción del ganglio afectado para extraer una muestra y analizarla. En función de los resultados, puede que el especialista realice otro tipo de pruebas como un análisis de sangre, radiografías, y otras más complejas como una biopsia de médula ósea, “para ver si esos linfocitos están en la médula ósea”.

Una vez que el hematólogo sabe el tipo de linfoma, es importante, para decidir qué tratamiento es el más adecuado, saber en qué etapa de la enfermedad se encuentra el paciente. Para ello, existe el sistema de Ann-Arbor, que es una clasificación que divide la etapa de la enfermedad en cuatro estadios:

  • Estadio I: la enfermedad afecta sólo a un territorio ganglionar o a una sola localización extralinfoide.
  • Estadio II: afección de dos o más territorios ganglionares o estructuras linfoides en el mismo lado del diafragma.
  • Estadio III: están afectados territorios ganglionares o estructuras linfoides a ambos lados del diafragma.
  • Estadio IV: afección diseminada de una o más localizaciones extralinfáticas.

7. Tratamiento

El tratamiento del linfoma “es complicado, porque hay linfomas dificilísimos de diagnosticar”, explica la doctora, que añade que para decidir qué tratamiento llevar a cabo “hay que saber si el fin es curar o paliar síntomas”. Es decir, supervivencia o mejorar la calidad de la vida que quede.

Además, habrá que tener en cuenta factores como “el pronóstico, la edad y la fase de la enfermedad”, subraya la especialista. “Hay que tener en cuenta la enfermedad y el enfermo, y la edad es un factor fundamental”.

En función de todo, el tratamiento puede ser variado: agentes alquilantes (que atacan directamente el ADN para evitar la reproducción de las células cancerosas), anticuerpos, quimioterapia, radio-quimioterapia o la posibilidad de realizar un trasplante (reservado normalmente a gente joven que pueda soportarlo, pues es un tratamiento muy complicado).

8. Recomendaciones para pacientes

1. Alimentación adecuada para evitar la malnutrición y sus consecuencias, como la sensación de debilidad y astenia.

2. Una dieta equilibrada es fundamental, en la que estén presentes carbohidratos, proteínas y grasas.

3. Ejercicio físico. Siempre consultando con el doctor, puede ser beneficioso para las defensas inmunológicas.

Siete de cada diez pacientes no conocen el linfoma hasta su diagnostico

Con motivo del Día Internacional de esta enfermedad se ha celebrado el debate “Hitos y retos asistenciales en el diagnóstico y tratamiento del linfoma”, al que han asistido el doctor Miguel Ángel Canales, jefe de Sección de Hematología en el Hospital La Paz; la doctora Ana Jiménez Ubieto, médico adjunto de Hematología en el Hospital 12 de Octubre y Begoña Barragán, presidenta de AEAL.

La campaña “Despierta e infórmate” trata de establecer el paralelismo entre la importancia del hábito del desayuno con el de informarse. La ausencia de conocimiento sobre esta enfermedad unida a su síntomatología, muy genérica, dificulta su diagnóstico.

El linfoma es una enfermedad que se origina en los ganglios linfáticos. Se produce cuando se genera un fallo en el funcionamiento de los linfocitos, un tipo de glóbulo blanco que se encarga de regular la respuesta inmunitaria específica contra  elementos extraños al organismo.

Esta enfermedad continúa siendo desconocida y muy compleja de comprender para el paciente. “No es igual a un tumor sólido, que te lo puedes imaginar, por lo que es necesario hacer que la enfermedad sea más comprensible para el paciente”, afirma la presidenta de la AEAL, diagnosticada de linfoma en 2001.

Por este motivo, la doctora Ana Jiménez ha considerado que el reto principal es informar a los pacientes desde el principio de la enfermedad. “Tienen que ser partícipes de todas las decisiones que se tomen y conocer las posibilidades de éxito y fracaso y a lo que se enfrentan”, señala.

“Hay que hacerles saber que participar en un ensayo clínico no es usarlos como cobayas, sino que estos se hacen tras un proceso de investigación en el laboratorio”, son fundamentales para el avance de esta y pueden ayudarles en su enfermedad, señala la doctora.

La importancia de la información

La toma de decisiones compartida requiere un intercambio de información entre el paciente y el profesional sanitario con el objetivo de llegar a una decisión de consenso. La hematóloga considera que este procedimiento debería formar parte de las rutinas de trabajo e incluirse en los programas formativos de los profesionales sanitarios.

También reconoce que las nuevas tecnologías juegan un papel fundamental para los pacientes: “por una parte, en Internet hay información no muy válida, pero por otra son fundamentales porque les permiten acceder a páginas web que nosotros les podemos asesorar y contactar con otros enfermos a través de las redes sociales”.

En este sentido, considera interesante que los profesionales sanitarios tuvieran una guía con información fiable sobre la enfermedad que pudieran entregarle el paciente.

Begoña Barragán destaca el papel de la información en el diagnóstico y reconoce que, aunque los pacientes no lo confiesen en la consulta, buscan en Internet. “Yo llegué a encontrar que iba a vivir un año y, por mucho que me dijeran los médicos, estaba convencida de ello”, afirma.

La presidenta de la AEAL también ha considerado que la atención psicológica que reciben los pacientes con linfoma es insuficiente y desigual. “En algunos hospitales hay y en otros no, pero creo que es muy difícil que contemos con psicoonólogos integrados en los equipos por la falta de recursos, aunque serían muy necesarios. A veces estamos supliendo esta necesidad las asociaciones de pacientes, pero no dejamos de poner parches, porque no hay opciones para todos”.

Sesenta tipos de linfoma diferentes

Para el doctor Miguel Ángel Canales una de las principales dificultades a las que se enfrenta el paciente es a la complejidad de esta patología: “Hay sesenta tipos de linfoma diferentes, lo cual genera mucho desconocimiento de la enfermedad”. No obstante, en la práctica clínica predominan, principalmente, tres subtipos: el linfoma difuso de células grandes, el linfoma de Hodgkin y el linfoma folicular.

“El diagnóstico correcto de los diferentes tipos de linfomas es uno de los principales retos a los que nos enfrentamos”, afirma el hematólogo. Los avances más destacados en este campo han ido ligados al conocimiento de la biología de los linfomas, que ha facilitado el desarrollo de terapias dirigidas.

Las terapias dirigidas no solo requieren conocer el tipo de linfoma, sino también las alteraciones genéticas y moleculares que se producen dentro de cada subtipo y que pueden beneficiarse de tratamientos más específicos. “Es en este punto donde debemos colaborar los clínicos con los patólogos y exigir el apoyo de la administración para la introducción de nuevas técnicas diagnosticas“, recalca Miguel Ángel Canales.

Rituximab
Imagen del anticuerpo monoclonal Rituximab. Foto cedida por Roche

El pronóstico ha mejorado mucho por las nuevas opciones farmacológicas. Los anticuerpos monoclonales y la inmunoterapia están ayudando a reducir la toxicidad de las terapias. No obstante, la quimioterapia continúa siendo la primera línea de tratamiento para muchos tipos de linfomas, que responden de forma adecuada a esta, tal y como han explicado los doctores.

Es fundamental mejorar las primeras líneas de tratamiento, porque es el punto en el que más pacientes se curan”, señala el doctor Miguel Ángel Canales. Aunque la investigación también se está centrando en encontrar nuevas dianas moleculares y tratamientos para que el porcentaje de pacientes que no responden favorablemente a los ya existentes encuentren una opción curativa, tal y como ha explicado Ana Jiménez.

El linfoma de Hodgkin, en la diana

El presidente del Grupo Español de Cáncer de Pulmón y jefe del servicio de Oncología del Hospital Puerta de Hierro de Madrid, Mariano Provencio, ha explicado que los trasplantados de médula ósea por linfoma de Hodgkin tratados con nivolumab no vuelven a presentar enfermedad en el 70% de los casos.

“Puesto que los estudios clínicos en casos de linfomas más tardíos demuestran que duplican las tasas de supervivencia cuando se junta con quimioterapia, apliquémoslo en situación precoz y veremos si duplicamos al paciente su capacidad de curación”, ha asegurado.

Ese es el objetivo del ensayo clínico, en fase de reclutamiento de pacientes, que también analizará qué grupo de candidatos se beneficia más de esta estrategia terapéutica.

Nuevas indicaciones

El Sistema Nacional de Salud dispone, desde octubre, de nivolumab para tres nuevas indicaciones: para el tratamiento en monoterapia de cáncer de pulmón no microcítico de histología no escamosa localmente avanzado o metastásico tras quimioterapia; para el carcinoma avanzado de células renales en monoterapia tras tratamiento previo y para el cáncer de piel avanzado en combinación con ipilimumab, otro inmunoterápico de Bristol-Myers.

Las otras dos indicaciones para las que ya fue aprobado son melanoma en monoterapia y en segunda línea de tratamiento para cáncer de pulmón no microcítico de histología escamosa.

Estas aprobaciones de nivolumab en España “ponen de relieve nuestro compromiso con la investigación de tratamientos innovadores que ayuden a los pacientes con enfermedades graves. Desde Bristol-Myers Squibb seguiremos focalizando nuestros esfuerzos en el avance de estos nuevos tiempos en el tratamiento del cáncer, que brinda la Inmuno-Oncología” afirma Roberto Úrbez, vicepresidente europeo y director general BMS España y Portugal.

.-Efesalud

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