“.... Ser ciega no me ha importado nunca. ¡Nunca! Lo importante es el oído, porque permite la comunicación, una necesidad humana...” La de hoy es un cita con la literatura y el dolor real, un dolor al que tres enfermos, de carne y hueso, se han enfrentado para superar el cáncer, la sordera- ceguera, y el trasplante de riñón, y sus historias nos la cuentan tres conocidos escritores

Ser ciega no me ha importado nunca. ¡Nunca!
EFE/ Manuel Lorenzo
  • 23 de enero, 2017
  • EFE/MADRID/PILAR GONZÁLEZ MORENO

Los protagonistas son Felisa Rodríguez: sordociega con implante coclear; Adoración Fontán: linfoma; y Manuel Arellano: trasplante renal. Los escritores Bernardo Atxaga (Guipuzcoa 1951), Marta Rivera de la Cruz ( Lugo 1970) y Luis Mateo Díez (León 1942) tuvieron el privilegio de conocerles y escribir sus relatos de vida, padecimientos y superación.

El resultado se encuentra en una colección de cuentos que edita la Clínica Universidad de Navarra y que se puede descargar gratis de su página web.

Felisa Rodríguez

Felisa Rodríguez tiene 62 años, y su historia a decir del escritor Bernardo Atxaga resulta “luminosa”: Cuando la conoció para escribir “NARP: el caso de Felisa Rodríguez” esta mujer valiente le resumió su vida médica en un mensaje escrito, todo en minúsculas porque le resultaba “más rápido”:

“nací en zamora en el año 54, a y los 20 meses perdí la vista, empezaron las visitas a los médicos ..las pruebas... me sacaron líquido de la médula espinal, y a pesar de que tendría unos tres o cuatro años me acuerdo del daño que me hicieron. el oído no sé cuándo empecé a perderlo. decían que era distraída....tenía seis años cuando a mi padre lo trasladaron a Pamplona, aquí en seguida mi madre se preocupó de afiliarme a la once. tendría unos 10 años cuando me llevaron por primera vez a un otorrino, ya se veía que no oía bien...

...a los 14 años me llevaron mis padres a uno de aquí que pidió volviera al año siguiente. no volví hasta los 18 años y la pérdida ya era más que notable. después..más perdida...más médicos hasta que en el año 90 o 91 fui a la clínica universitaria”, donde le hicieron un implante coclear, con resultados muy positivos ..”

Bernardo Atxaga y Felisa Rodríguez. Foto cedida por la la Clínica Universidad de Navarra (CUN)

En su conversaciones con el autor, Felisa le cuenta la historia de una amiga que nació sin ojos...”mi amiga nació sin ojos y quería cambiarse los que llevaba. Le acompañe yo, porque la gente con la que vive ignora que sus ojos son de cristal y ella no quiere que se enteren...”

En entrevista a EFEsalud, el autor reflexiona sobre la soledad de los enfermos y considera que la sociedad es “terrible” con ellos. Felisa, asegura, es una persona “muy inteligente, luminosa, con mucho humor, muy por encima de sus condiciones físicas”.

Cuando en 2015 fue sometida a su segundo implante coclear, Felisa le escribe : ”por cierto con tantas preguntas que me has hecho y no me preguntaste si hay alguna frase que me guste:pues yo te la digo, aunque ya no importe. Mi favorita es: “...y los sueños, sueños son”.

(NARP, es el nombre de una enfermedad de origen mitocondrial, que cursa con Neuropatía, Ataxia y Retinitis Pigmentosa:Fue la que causó a Felisa la pérdida de la vista y la audición)

Adoración Fontán

Adoración Fontán Alvarez, “Dori”, tuvo que ser sometida en 2013 a un trasplante autólogo de médula tras el diagnóstico de un linfoma en la clínica universitaria de Navarra, donde 27 años atrás, en 1986, su hijo de 10 fue tratado de un tumor en el riñón derecho.

La escritora Marta Rivera de la Cruz nos lo cuenta en su libro “Los tres cumpleaños de los Pérez Fontán” y refiere a EFEsalud que le sorprendió, sobre todo, el optimismo y la capacidad de superación de una enfermedad, hoy superada.

En el libro relata: “las horas eran largas. Intentaba matar el tiempo como podía. Hacía punto, y se confeccionó toda una colección de gorros para proteger su calva. Las enfermeras le gastaban bromas cariñosas cuando la veían con aquellos casquetes de lana de colores.

- Anda reíros lo que queráis, pero no tenéis ni idea del frío que se pasa cuando no se tiene pelo”....

Marta Rivera de la Cruz y Adoración Fontán.Foto cedida por CUN

La misma falta de pelo que padeció su hijo...”Dori miró a su hijo que no tenía pelo, y estaba delgado y pálido, y al que se le ponían los ojos tristes solo de pensar en lo que se avecinaba. La quimio, los vómitos, los mareos. Lo abrazó muy fuerte y le dijo que aguantara un poco más, que ya faltaba poco... y era verdad :cada faltaba menos...”

En sus encuentros, escritora y paciente hablaron “mucho de sentimientos”.La autora se acercó a estas dos historias conociendo la enfermedad, su madre murió de cáncer cuando ella era muy joven.

Manuel Arellano

El último libro de esta colección, lo ha escrito Luis Mateo Díez. En “El cuerpo doblado” narra la historia de Manuel Arellano, 42 años, trasplantado dos veces de riñón, y dispuesto hoy a competir en triatlón en los juegos mundiales para trasplantados de Málaga 2017 .

Para el escritor, las historias como la de Arellano son ejemplares en el sentido moral más amplio, “ya que no son historias de entrega al destino o la desgracia”.

En el acto de presentación del libro, Mateo Díez afirmó su admiración por el “espíritu tenaz” y confianza enorme en la superación y supervivencia”, incluso en los momentos más críticos .

Arellano no solo sufrió dos trasplantes sino que tuvo que superar múltiples complicaciones de su enfermedad, incluidos un cáncer testicular y un linfoma.

En el libro, el autor lo relata así: “Manuel Arellano es un superviviente, y lo es, como el bien sabe y expresa, en proporción a la tenacidad, a la valentía con que fue aceptando los golpes de la enfermedad, las variaciones en el destino de la misma, los recursos que pudieron afianzarse y ayudarle, y a la costumbre de hacerse con la voluntad extraordinaria que se necesita para ser algo así como el dueño incombustible de un cuerpo doblado, de un ánimo lacerado, donde los golpes de la vida, que recordaba César Vallejo en Los Heraldos Negros se repiten y reiteran hasta el acorralamiento”.

Luis Mateo Díez y Manuel Arellano. Foto cedida por la CUN

El objetivo de esta colección es rescatar a los enfermos del anonimato a través de la literatura porque esta nos ayuda a reconocernos en el dolor, Y también sirve de homenaje a las personas que sufren alguna enfermedad, ha explicado a EFEsalud, Santiago Fernández-Gubieda, director de comunicación de la Clínica Universidad de Navarra, departamento del que partió la idea de esta colección de libritos que ya va por el décimo.

José María Merino, Gustavo Martín Garzo, Lorenzo Silva, Juan Manuel de Prada, Fernando Aramburu, Mercedes Salisachs, y Soledad Puértolas son los otros siete escritores y nos hablan de Patxi Vicuña: ictus isquémico; Ana Aísa: implante coclear; Laura Castán: cáncer de mama durante el embarazo; Vicente Leandro: osteosarcoma; Joaquín Maritorena: hepatocarcinoma; Nieves Salsamendi: diabetes mellitus por obesidad, fue sometida a una cirugía bariátrica; y Elmo Fernández: leucemia.

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