Las malas relaciones afectivas con tus compañeros de trabajo o con tu jefe son uno de los principales ingredientes que desembocan en el estrés laboral. A veces los problemas de casa también se llevan al trabajo y los del trabajo acaban en casa. El psicólogo Sergio García asegura que para acabar con esta pesadilla hay que actuar cuanto antes

  • 4 de marzo, 2016
  • MADRID/HENAR FERNÁNDEZ/MIRIAM MUÑOZ

El estrés es un elemento que hay que aprender a gestionar correctamente y de forma progresiva. La situación no puede cambiar de un día para otro por lo que debemos tener predisposición a eliminarlo y conservar la paciencia.

Para conseguirlo, Sergio García, colaborador del Colegio Oficial de Psicólogos (COP), explica en "El Bisturí" a EFEsalud, que en primer lugar, lo que debemos hacer es identificar cuáles son los puntos que nos interfieren y nos impiden desempeñar nuestro trabajo manera adecuada.

"Las malas relaciones afectivas o la dificultad para encontrar cuál es nuestro lugar dentro del trabajo" suelen ser algunos de los principales puntos que acaban generando estrés, apunta.

La imposibilidad de desligarse del problema

Cuando los problemas laborales se llevan a casa o  cuando los problemas de casa acaban en el trabajo significa que "no somos capaces de concebir bien qué tipo de relación tengo que tener en cada momento".

Para solventar este problema, Sergio García recomienda que repitamos una y otra vez una frase cada vez que salimos de casa y vamos hacia el trabajo: "Hasta aquí, a partir de este momento soy otro".

Lo que hay que conseguir es que en el trabajo seamos el trabajador y en casa seamos la pareja, el padre o el hijo. En caso contrario, las relaciones emocionales pueden incluso estropearse.

En definitiva, "ser sano y tener unas relaciones familiares saludables ayudará durante toda la vida porque una cosa está influida por la otra".

¿Y si tu pareja trabaja contigo?

estrés laboral
EFE/Alberto Estévez

El psicólogo apunta que es prácticamente "imposible trabajar con tu pareja". En el caso de que esto tenga que ser así hay que intentar concebir a esa persona de otra manera.

"No hay que llamarle cariño en el trabajo, hay que llamarle por su nombre". Hay que aprender a mirarle allí como otro compañero más porque el momento laboral está regido por las leyes del trabajo y tiene que ser igual para todos.

Esto también ocurre cuando trabajan padres e hijos en las mismas empresas. Sergio García advierte de que "aunque parezca una tontería el hecho de matizar bien sus nombres, eso ya supone una forma de encuadrar todo aquello que estoy haciendo".

Asertividad como mejor aliado

García aconseja que cuando se produzca algún enfrentamiento con algún compañero de trabajo o con el jefe hay que ser asertivo. Él lo define como una especie de honestidad con el otro con el fin de sacar un proyecto en común juntos.

Dicho de otra manera, "hay que quedarse a gusto con aquello que se dice sin ser dañino".

Al fin y al cabo todos estamos en el trabajo para ser lo más productivos posible; siempre hay que plantearse las siguientes preguntas: ¿Cómo puedo ayudarte? ¿Cómo puedo mejorar yo?

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